sábado, 8 de octubre de 2022

"Sexenemigos" {+18}

     "Te odio tanto", eso era lo que quería expresar pero su boca aprisionaba todas las palabras. Sus labios bajaron hasta mi cuello, saboreando todo el recorrido e impregnándose de mi aroma. Estaba ansiosa; mis dedos se enroscaron en su cabello y lo jalaron con fiereza. Los besos eran calientes y sensuales. Dejé escapar un leve jadeo. "Mi enemigo"... no habrá marcha atrás después de esto. Salvo a que... sea yo quien le haga gritar mi nombre y no al revés. En un ágil movimiento, lo pongo a él contra la pared. Su rostro está estupefacto, sus labios dulcemente hinchados  y en sus ojos baila la intriga. Le beso con todo el rencor que nos tenemos. Lo peor de todo es que en sus movimientos hay lujuria, sin embargo, también una lucha que está perdiendo. 

    Nuestras lenguas se pelean por liderar y eso se siente tan... bien. Mis manos se pasean por su nuca, sus omoplatos, dando leves apretones llegando a la clavícula. Mas, pasan derecho, cumpliendo lo que hace tanto he querido hacer pero no debería. Sus músculos se encuentran tensos y no puedo imaginar cómo estará su erección. Me toma por las caderas, desesperado, y nos adentramos en una fricción esplendorosa por encima de nuestras ropas. Ya me puedo hacer una idea de cómo se encuentra allá abajo.

     Le desabrocho el pantalón y tiro del bóxer. Quedo con la boca abierta, su pene es... (trago saliva) impresionante. ¿Cabe? "No seas exagerada", me reprendo. Intenta levantarme la falda pero me esfuerzo para no sucumbir y lo detengo. Él mismo se quita la camisa. Yo dichosa, admiro su esbelto cuerpo. Me recorre la figura con sus manos mientras reparto besos y pequeños mordiscos por su abdomen. Nos miramos y sigo bajando. "Más", grita algo palpitante en mí y conste que no es el corazón. Su glande brilla por el líquido preseminal. El miembro, totalmente erecto, me incita a proseguir. Le doy una pequeña probada a la punta, tanteando el terreno. Él suelta un suspiro de alivio, se encontraba desesperado y me emociona saber que es por mí. Tomo su falo con la mano derecha y hago leves movimientos, provocándolo en el proceso. Jamás dejamos de mirarnos, me atraen sus bellos ojos hazel. Paro la agitación e inicia el juego. Mi lengua hace un camino desde el nacimiento de la extremidad hasta la punta. Me deleito al ver sus gestos y oír sus gemidos, son tan, endemoniadamente, placenteros. Adentro mi boca y degusto más de su pene. 

    Siempre me han considerado la chica responsable, introvertida y que vive por el trabajo. Nunca había disfrutado tanto ser cochina, morbosa y rebosante de lujuria. Permitirme satisfacerme por una vez en mi vida.

    Continúo con mis acciones. Entro y salgo. Al emprender mi objetivo, todo fue suave, empero, ahora es rudo y sin salvación. Mi boca se siente caliente. La fricción empleada me desgasta. La mejor parte de la felación es ver a mi enemigo vulnerable y saber que es gracias a mí. Más rápido y con más fuerza. Noto que sus músculos se tensan. Jadea mi nombre y es uno de los sonidos más exquisitos que he escuchado. Está a punto de acabar, me estremezco y me excita. Sin embargo, en el momento en el que va a terminar, se aparta y mi frente choca contra la pared. Coge su gran miembro en unos cuantos movimientos y el sémen se le riega por la mano y unas cuantas gotas llegan al piso. Por más de que no quiera admitirlo, me siento como a una niña que le arrebataron su dulce. Subo lentamente mi mirada -sigo arrodillada con las manos en mi falda desgarrada, blusa casi rota, labios prominentes y rojos y espalda recta- para encontrarme con una sonrisa pícara de parte de mi adversario. Respiro agitadamente aunque él está peor.

    -Muy santa en el trabajo pero una diabla en las sombras, ¿eh?- Todo el tiempo lo critiqué por ser lascivo y yo caí redondito.

    -En el trabajo -aclaro.- Recuerdame quién fue el que gimió mi nombre-Contraataco.

domingo, 28 de agosto de 2022

Perspectiva

     De lejos, de cerca, en todas las direcciones, por todos lados. ¿Me considero un acosador? No, lo normal. Sonríes, lloras, te burlas, maldices. Has madurado y yo he soportado cada una de tus etapas. Cada martes te recojo en mi carcacha que tengo por carro. Nunca me cayeron bien tus amigos pero no quiero que te quedes sólo conmigo. Tu madre detesta verme, piensa que soy una mala influencia para ti con la excusa de que fumo. Me resplandecen los ojos al percatarme de que eres feliz cuando voy a tus presentaciones de la banda que creaste. 

    Eres una mujer hecha y derecha, mas, en todo momento serás mi hijita revoltosa que corría por toda la casa como toda una exploradora.

Condenas

     Tu perfume se quedó en mis sábanas, tus besos impregnados en mi piel. y tus palabras esparcidas por el ambiente. Me enseñaste tanto, para hablar no se necesita usar la voz ni para decir un "te quiero". Bésame, es una orden. Las acciones que hiciste desde que nos conocimos, me llevaron a replantearme varias cosas. Tal vez merecemos otra oportunidad sobre la Tierra. Me saca una sonrisa cuando recuerdo que abrías al extremo tus ojos por explicarte los tipos de besos y sus ubicaciones. Nos preguntábamos cosas irracionales y súbitamente cambiábamos a temas profundos, mas jamás dejaste de hacerme reír. 

    Tu pasión era la bicicleta, muy trillado. Te tomaste el tiempo de aclararme cómo se emplea. Sabías por qué era tan cerrada con mis sentimientos, felicitaciones por tu actuación. Todo se pasó en silencio, sigilo y misterio. Un día me di cuenta que hace mucho que te mudaste a mi corazón. ¡No te manifesté entre las sombras esas palabras aunque tú te percataste del porqué. 

    Qué descarada situación! Sin orgullo, si alguien me llega a preguntar sobre ti, le contestaré: "Mi mejor amigo es su pareja, no conozco a la persona más allá de los rumores.".

viernes, 26 de agosto de 2022

Pu... Prefiero "prostituta"

    "¡Matrona, Matrona!", gritaban a mi alrededor. La calma se esfumó del prostíbulo en el momento en el que entró la figura misteriosa. Todas las chicas corren a diestra y siniestra probándose trajes, mejorando su maquillaje, peinando sus largos cabellos entre ellas, con los segundos que faltan.
    Nada que ver conmigo, soy el patito feo, sonrío en mi mente por la comparación que me dediqué. Utilizo un vestido de cabaret y sostenía un abanico y un látigo entre mis brazos. Además de mi voz, estos objetos las hacen arrinconarse en una esquina por el terror de la expectación. "Aceleren el paso.", vocifero. Mi vida no ha sido fácil, empero, me ha tratado de maravilla comparado con ellas. Al salir del colegio, mi familia se ahogaba en deudas y pensé en una forma rápida de hacer dinero. Le hice una propuesta a las que se graduaron conmigo y ellas aceptaron con extremo desespero por situaciones personales.

    La mayoría de las personas nos ve con lástima o asco pero, yo siento que debería ser todo lo contrario. Asgo mis manos en las cadenas de mi vida, yo decido, yo me muestro ante el mundo tal y como soy y eso me genera fuerza. Que piensen lo que se les venga en gana, llámennos "putas", sean irrespetuosos que al final los depravados y miedosos de mostrarse como son, son otros. Pude haber sido mesera o buscar en una empresa que me acepte con el currículum que poseo, sin embargo, fue por elección propia ser matrona. 

    Suena la campana y todas se ponen en una fila. Una misteriosa persona -con capa y máscara- entra en la estancia. Pasea sus ojos por todas nosotras. "Ojo, no somos objetos, le estamos ofreciendo un servicio.", le dejo en claro. A su lado, reposaba un acompañante. El encapuchado le susurra algo y su acompañante se gira hacia mí. "Quiere su servicio, Matrona.", todas permanecemos estáticas. Al fin y al cabo, yo también trabajo de aquello. Lo escolto a los aposentos más lujosos del prostíbulo. Luce alguien forrado en plata.

    Nos sentamos en una mesa y quedamos frente a frente. Se quita la capucha y la máscara... ¡Es una chica! Qué exótica, la primera que veo que no tiene pena. Noto que hace parte de mi bando. Abro bien grande los ojos como si no fuera real. "¿Le da asco mis gustos?", me pregunta. Para nada, le hubiera dicho. "Claro que no. Me ofende, señora. Hay muy pocas personas que se muestran... como son.", le digo. "Entonces brindemos por las personas estrafalarias que siguen en el mundo.", alza dos copas llenas de vino y me tiende una. "Que sea en el universo.", respondo. Lo que oigo a continuación es el tintineo de las copas, chocar.

jueves, 25 de agosto de 2022

Sin sentido

     Ya no lo soporto. Rogué por acordarme sobre hacer un torniquete, mis plegarias fueron escuchadas y no sirvieron de nada. La sangre sigue brotando por mi muslo derecho en grandes cantidades. Luché y acabé en este agujero de mala muerte. Mi barba, crespa al igual que enredada, lucía en todo su esplendor gotas de sangre por todas sus extensiones. Hace frío, está oscuro y el suelo es húmedo. Oigo sonidos y rápidamente empuño mi arma. Se acerca y... Es una maldita rata. Pasé de ser el depredador a una presa, genial. Le disparo hasta que no mueve ni un músculo. Fantástico, se me han acabado las balas. ¿Por qué acepté el trabajo en el laboratorio? Dinero, la respuesta es fácil. Yo qué iba a saber sobre los experimentos que desarrollaban aquí. La catástrofe dio inicio cuando una jodida mantis gigante le cortó la cabeza a una docena de trabajadores. Los de mi equipo han desaparecido, si es que no los asesinaron las criaturas. Mientras ellos velaban por nuestra seguridad, yo me ocupaba de una reclusa loca que al entablar conversaciones se convirtió en mi amiga.

    Me esmeré en salvar a Halle, una científica tildada de loca dado a que quería ayudar a los animales en lugar de maltratarlos. No secundo su opinión pero no merecía ese trato. Terminó encerrada en las vieja cabinas, en el subterráneo. Una mierda, nadie se acordaba de su existencia de no ser por mí. Llegué sumamente tarde, hubo una fuga en las tuberías y todo el piso se encontraba inundado hasta el techo. Nadé, aguanté la respiración y al abrir la cabina su cuerpo flotaba inerte por la estancia. 

    Arde. Por el apuro de salir del lugar, una puerta se cerró, aprisionando mi oreja y arrancó el piercing de un tirón. Adiós oreja completa. Las luces titilaban en los pisos arriba mío. El agujero comienza a llenarse de agua rosácea por los toques de sangre. 

    En conclusión: no hice nada en mi jodida vida, nadie importante a quien hacerle panqueques. ¿Fue en vano? Mi contienda interna no sirvió. 

    Espero. Será como echarse una siesta.

miércoles, 24 de agosto de 2022

Mi utópica distopía siendo un asesino

     En los incógnitos lugares para asesinos se encontraba él. Parecía alguien sometido, basura, nada. Su bozal descansaba en gran parte de su cara y su ama tenía la correa con autoridad. Pero yo lo sé, tengo la seguridad de lo que hace cuando nadie le presta atención. Sueño con ser igual a él, Un asesino vestido de víctima. La policía piensa que fue secuestrado y está aquí en contra de su voluntad. 

    Por mi lado, al fin llegué a los primeros 100 puestos de asesinos élite. Con los giros de la vida, se decretó que los asesinos de élite (100 en total) tienen derecho a matar sin cargar con las consecuencias. Es de locos, mas, lo hace menos divertido puesto que, no habrá adrenalina por huir a tiempo ni la esperanza reflejada en los ojos de la víctima. Cada noche anuncian a los asesinos más hábiles y el nombre de muertes, espero estar un día allí, en la pantalla. Una cosa que ronda por mi cabeza son las amenazas que llegaron esta mañana a mi puerta. Soy el asesino nº 98, el nº 97 se encuentra en todo su derecho de estar asustado por si le llego a quitar el puesto. Y solo hay una manera de ascender: arrebatando el poder de las manos del anterior y así sucesivamente. 

    Mis hermanos de preparación (el orfanato, criadero de asesinos) un día despertaron muertos por culpa de un envenenamiento en su comida. Jamás se supo quién fue. Fui el único sobreviviente, qué cosas tan extrañas... Dije que quería ser el mejor, lo seré y punto.

martes, 23 de agosto de 2022

Quiero la paz

    ¿Es mucho pedir? Me tiraron a la guerra a mis 2 años de existencia física. Creí hacer parte de un grupo junto a los otros soldados, pero me equivoqué. Soy muchas: una rara, muy seria, García, entre otros... De las cuales me enorgullezco. El bando al que pertenezco es el mío y los soldados de todas partes atacan, hasta mi propia conciencia juega en mi contra. Luego de tantos años de batalla todos hemos mejorado nuestras técnicas. Algunos porque tenían miedo que se las hicieran a ellos y otros porque se las hicieron ya (me incluyo en ésta). Estoy preparada para volver, al igual que los demás soldados, mas me gustaría un tiempo de paz. Lo que pasa en las películas: hacen una tregua y todos se unen. Lamentablemente, no estoy en una película o libro, por lo menos no de mi agrado. Espero que la suerte tenga piedad este año; aunque no me molesta ser una mariquita como en "Bullet Train". También disfruté "Good luck, Leo Grande", entre muchísimas enseñanzas más de otros sitios. Anhelo la libertad, la veo tan imperfecta y hermosa y al mismo tiempo tan lejana. No le pediré permiso a nadie para llegar y saludarla o darle un abrazo gigante.

    ¿Tenemos esperanzas de redimirnos? Yo siempre he esperado con los brazos abiertos y una sonrisa. Tal vez es muy iluso de mi parte, empero, es a lo que me puedo aferrar mientras la guerra continúa. Las letras y las palabras son poderosas, sin embargo, la mayoría de los soldados que me rodean son ciegos y sordos. Puedo decir que entro en la misma categoría que los soldados.

"No hay camino para la paz, la paz es el camino", 
Mahatma Gandhi.